Trabajamos para la Igualdad

Patricia Rodrigo

Profesora en Historia. Docente. Especialista en Gestión Pública. Militante de las causas nacionales, populares y feministas.

Somos ricas

La Patria es la Otra

Una vez más, el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual me convoca y esta vez para escribir un aporte sobre la experiencia vivida desde su gestación. Me apuro a cumplir con el pedido, me alegra y agradezco ser parte.

Conocía a Estela Díaz desde hacía un tiempo, sabía de su lucha y tenacidad en la defensa de la causa feminista y por la incluisión de las diversidades. Habíamos trabajado, junto a ella y parte de su equipo, cuando amanecían nuevas esperanzas en la Argentina luego de la dolorosa crisis del 2001. De la mano de Néstor Kirchner en Nación y Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires, se abrían nuevos horizontes y la posibilidad de incluir las problemáticas de género y diversidades parecían muy viables. Desde las organizaciones de la sociedad, la lucha nunca claudicó, el Movimiento de mujeres estuvo siempre vivo y movilizado. «Ni una menos» fueron palabras dichas permanentemente y se lograron grandes resultados.

Se dieron importantes pasos hacia delante, pese a que hoy, cuando escribo estas palabras, a pocos días de las elecciones del 22 de octubre, las amenazas son ensordecedoras, inquietantes y dan miedo. Los derechos adquiridos están en peligro. Entre esa época y el 2019 pasó de todo, lo bueno, pero también lo malísimo. Avances de la década ganada, con Néstor y Cristina, y fuertes retrocesos luego del 2015.

Recuperado el gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires con Axel Kicillof como conductor para la causa nacional, popular y feminista, respiramos profundo y nos arremangamos para poner manos a la obra y retomar la planificación y la ejecución de políticas públicas inclusivas. Todo era esperanza. En medio del festejo por el fin de una época olvidable, el presidente Alberto Fernández anuncia la creación, en la nueva Ley de Ministerios, del ministerio de las mujeres en el gabinete nacional. Me cruzo con Estela en esos días y me comenta que le ofrecen un área de dicho ministerio. No habían pasado 48 horas —creo—, suena mi teléfono a las siete de la mañana (la compañera Estela es muuuy madrugadora) y era ella que me anunciaba que Axel le había ofrecido el ministerio para la Provincia. Mi corazón se aceleró: tendríamos Ministeria bonaerense y Estela sería su conductora. Mucha alegría, pero también mucha ansiedad por lo que podía pasar en el futuro y por la enorme tarea.

Mejor persona no había para manejar los destinos de esta nueva estructura y, como lo charlamos con Claudia Bernazza y otras compañeras en esos días, nos sentaríamos por fin en la mesa de las decisiones, seríamos parte del gobierno desde un lugar central, de igual a igual, llevando la voz de las que no teníamos voz hasta ese entonces.

Allí comenzaron las reuniones en el quincho de Estela, en su casa de Ringuelet. Conocía a casi todas las presentes menos a Nora Goren, de quien solo tenía referencia académica. Durante la primera reunión, y al tener el turno de la palabra, exclamé una frase que luego me haría famosa entre las compañeras, compañeros y compañeres del ministerio: «Prepárense, a partir de ahora SOMOS RICAS».

Aquí me detengo, pues creo que merece una explicación mi optimista afirmación. La creación dentro del gabinete provincial, y su inclusión en la Ley de Ministerios, del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual implicaba no solo una estructura orgánica funcional, sino además personal y recursos físicos. A la vez que nos obligaba y desafiaba al diseño de políticas públicas activas y concretas, en el camino de los grandes postergados y soñados desafíos, nos otorgarían presupuesto para el logro de los objetivos que se plantearan. Ese es el sentido que le dí a mi frase: tendríamos los medios y había que demostrar que podíamos. Tanto batallar para lograrlo y ahí estaba: el gobernador Axel Kicillof la invitaba a Estela a jugar en las grandes ligas.

Mi participación en estas primeras reuniones se debía a mi experiencia en el diseño de estructuras en el Estado bonaerense, los regímenes de personal y las lógicas básicas de la gestión de las organizaciones públicas. Estaba tan feliz ante ese enorme desafío que no caía en la cuenta de lo complejo que sería crear un ministerio totalmente nuevo, con solo alguna pequeña estructura vigente, que había quedado relegado a un instituto con rango de dirección provincial, muy poco personal y la Línea 144 (creada anteriormente por la propia Estela, con la colaboración de las imprescindibles Mirta Bruno y Flavia Delmas, entre otras compañeras) casi totalmente abandonada, debilitada y con su personal en una situación algo irregular y precaria en cuanto a su relación de empleo.

Grande era el desafío, pero lo increíble para mí fue cómo las integrantes de esa mesa de quincho tenían tan claro cómo debía ser la estructura del ministerio, cómo debía dividirse la tarea y cuáles debían ser sus áreas sustantivas. Con papelógrafos y marcadores en las paredes del quincho fuimos dibujando cada sector de la primera «Ministeria», y el tiempo pasó volando, tanto que Diego, el compañero de Estela, nos interrumpió con pizza y algo para tomar. En la caja de la pizza, el mismo Diego escribió: «Primera reunión de gabinete», lo que nos causó mucha gracia.

Seguimos reuniéndonos hasta la asunción de Axel como gobernador y posteriormente la asunción de Estela. Inmediatamente, se pusieron a trabajar las flamantes subsecretarias, al principio eran tres: Flavia Delmas, Lucía Porto y Mercedes Castilla. Con un exhaustivo trabajo y la impagable colaboración de las áreas de gestión pública de Jefatura de Gabinete, se aprobó el primer decreto de estructuras, el 45/19, que luego tuvo sucesivas modificaciones hasta llegar a su versión actual (hoy se sigue trabajando en las segundas aperturas para completar su ordenamiento). Al poco tiempo, se sumó como subsecretaria Lidia Fernadez.

En mi caso, y debido a mi docencia universitaria, mi reciente abuelazgo y mi jubilación en mi cargo en el Ministerio de Economía, quedé asesorando en el área de aplicación de la Ley Micaela, que la verdad dio mucho trabajo hasta que se encontraron los perfiles perfectos para la tarea. Hoy funciona de maravillas, es increíble todo lo realizado.

Pese a la desolación que causó la pandemia, a lo nuevo de todo, a la llegada al Estado provincial de compañeras y compañeros sin experiencia en la gestión pública pero con fuertes convicciones y amor por la tarea, es que me conmueve el alcance de los resultados obtenidos.

Me siento muy afortunada por haber tenido la posibilidad de estar presente y colaborar en este proceso de creación de la Ministeria. Gracias, Estela, por esto, y gracias por permitirme conocer personas maravillosas. Te abrazo con todo mi corazón y agradecimiento.

He tenido mucha suerte, es un fabuloso final de fiesta de mi carrera administrativa, sobre todo por haberme permitido aportar mi granito de arena en la lucha por el logro de ampliar los derechos de las mujeres y diversidades. La lista de acciones, programas, proyectos, capacitaciones, etc., es enorme, hoy ya me pierdo, pero puedo afirmar que, con la maravillosa, virtuosa, inclaudicable y segura conducción de Estela y su equipa, hemos hecho historia. Sigamos, que aún falta mucho.

17 de octubre de 2023